lunes, 9 de agosto de 2010

Ácidos grasos, función y complicaciones....

Importancia de los ácidos grasos
Realizado por: Allan González

Cuando se menciona la palabra grasa, por lo general se relaciona con algunas enfermedades, como la obesidad o problemas cardiacos. Sin embargo, las grasas forman parte de los requerimientos estrictamente necesarios para el funcionamiento del nuestro organismo.

Las grasas son indispensables en nuestra dieta, ya que desempeñan muchas funciones en los tejidos; además de que son una fuente energética importante (cada gramo genera 9 Kcal.) muchos de ellos cumplen una actividad biológica; por ejemplo, unos son parte estructural de las membranas celulares y de los sistemas de transporte de diversos nutrimentos, otros son vitaminas y hormonas. También actúan como aislantes naturales en el hombre y en los animales, ya que por ser pobres conductores de calor, el tejido adiposo mantiene estable la temperatura del organismo.1 Además en los organismos superiores, las grasas se acumulan en algunos sitios, bajo la piel principalmente, y sirven como aislantes contra traumatismos, actuando como amortiguador del cuerpo humano.

Durante el embarazo, es necesario adquirir ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga para el desarrollo de la placenta y del feto. Además, existen pruebas evidentes de que la nutrición y la salud maternas durante el período de la concepción tienen una importancia crucial. Los acontecimientos que preceden a la concepción influyen en el proceso fisiológico a largo plazo de acumulación de grasa y en la naturaleza de la grasa almacenada. Esta es la grasa que se tiene a disposición durante el período de la formación y la división celular en el desarrollo embrionario y de la placenta durante el primer trimestre de gestación. A partir del momento de la concepción también se acumulan cantidades importantes de grasa para mantener el crecimiento fetal durante el tercer trimestre, así como para satisfacer las necesidades iniciales de la lactancia.9

Estas grasas son también una necesidad nutricional en los neonatos, estudios clínicos han mostrado que los suplementos dietéticos con ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga dan como resultado un incremento en las concentraciones de acido docosahexaenoico (DHA) en sangre y están asociados con el mejoramiento de la función visual y coinciden con la alimentación con la leche materna en infantes a pretérmino. La grasa contenida en la leche materna se absorbe mejor debido a la concentración superior de lipasa estimulada por las sales biliares.8

En otros organismos la grasa desarrolla una cubierta protectora, como en las plantas y en los animales.

Ácidos grasos esenciales

Los ácidos grasos esenciales, pertenecen a un grupo de ácidos grasos de suma importancia para la salud, pero éstas grasas el cuerpo no puede producirlas, de tal manera que las debe obtener de los alimentos, tales como el omega-3 (ácido linolénico), que se puede obtener de dos maneras; la de origen animal, por medio de peces de agua fría, incluyendo el atún y el salmón. Y de manera vegetal como por ejemplo el aceite de semillas o de vegetales de hojas verde oscuras, como el aceite de lino o la verdolaga.6 Se ha encontrado que los ácidos grasos omega-3 son beneficiosos para el corazón, y entre sus efectos positivos se mencionan acciones anti-inflamatorias y anticoagulantes, disminución de los niveles de colesterol, triglicéridos y la reducción de la presión sanguínea. Otro de los ácidos grasos esenciales el omega-6 (ácido linoleico), el cual se puede encontrar en semillas de grosella negra, o de Borraja. Este ácido tiene propiedades antidermatíticas, hepato-protectoras, inmuno-estimulantes y anticancerosas.


El consumo de ácidos grasos en nuestra alimentación, con omega-3 y los omega-6, debe mantener un adecuado equilibrio, ya que contribuye a estabilizar el metabolismo de las grasas en nuestro cuerpo. Además de intervenir en algunos otros procesos orgánicos. Estos ácidos grasos nos benefician en el metabolismo de las grasas (colesterol), ya que regulan su cantidad y su transporte; los cuales corrigen particularmente, de esta forma ayuda a reducir el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular. Además intervienen en la disminución del colesterol transportado en lipoproteínas de baja densidad (LDL), y facilitando el aumento de las lipoproteínas de alta densidad (HDL), las cuales se encargan de limpiar las arterias en vez de deteriorarlas. Como si fuera poco cumplen un papel en el funcionamiento del endotelio (capa interna de las arterias del organismo) en cuyo lugar se producen las lesiones de al arterosclerosis.

Estos ácidos grasos también tienen en común la cualidad de que pueden reducir los riesgos y síntomas de otros trastornos, incluyendo diabetes, accidente cerebrovascular, algunos cánceres, artritis reumatoide, asma, entre otras.6

Las grasas y la salud

Hasta hace unas pocas décadas, se le ha dado más importancia al consumo controlado de grasas, ya que esto podría llevar al aumento de colesterol o triglicéridos. Este aumento conlleva a un factor desencadenante de enfermedades cardiacas que evolucionan de forma crónica y silenciosa, hasta generar un estrechamiento de las arterias en el corazón y provocar el desarrollo de la enfermedad cardiovascular.

Actualmente la evidencia científica ha cambiado esa visión y señala que la influencia de los ácidos grasos en el desarrollo de la enfermedad cardiovascular trasciende el efecto hipercolesterolemiante. La ingesta de ácidos grasos puede afectar la tendencia trombótica, el ritmo cardiaco, la función endotelial, la inflamación sistémica, la sensibilidad a la insulina y el estrés oxidativo.7



El sobrepeso y la distribución de las grasas son útiles para hacer pronósticos sobre la mortalidad prematura y los riesgos de contraer enfermedades del corazón, hipertensión, diabetes mellitus no dependiente de insulina, enfermedades de la vesícula biliar y algunos tipos de cáncer. Sin embargo, si la grasa corporal fuera por sí sola el principal factor de riesgo relacionado con la mortalidad prematura, se podría concluir que las expectativas de vida de las mujeres obesas fuera más baja que la de los hombres obesos, pero generalmente no sucede así, y ahora se reconoce que es realmente la distribución de la grasa, fundamentalmente el aumento de la grasa abdominal y visceral, lo que sirve para hacer pronósticos sobre los riesgos de la salud relacionados con la obesidad. Por ejemplo, un aumento de más de 5 Kg. de peso en las mujeres durante su vida adulta puede comportar poco riesgo adicional, sobre todo si el peso que se añade se localiza en la región femoral. En la mayoría de los hombres, cualquier aumento de peso que se produzca después de los 20 años aumenta el riesgo, ya que esta grasa se deposita normalmente como grasa abdominal y visceral.9

Hay algunos factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular que resultan inalterables como son el sexo y las diferencias genéticas. Sin excluir los niños, que no están exonerados de adquirir enfermedades relacionadas con el consumo de ácidos grasos. Sin embargo existen factores de riesgo modificables durante la niñez como los son el fumado, estilo de vida sedentario, la hipertensión y la elevación de los niveles plasmáticos de colesterol total y de colesterol asociado a lipoproteínas de baja densidad. Por lo tanto es de gran importancia establecer desde la infancia buenos hábitos alimenticios.

Una adecuada ingesta de alimentos ricos en grasa, ayuda a satisfacer las necesidades de energía y ácidos grasos esenciales, además de ayudar a disminuir el riesgo de diferentes enfermedades, principalmente a nivel del corazón.



Hiperlipemia, enfermedad metabólica.

El aumento de lípidos y grasas en la sangre se le conoce como hiperlipemia, o bien, hipercolesterolemia para colesterol e hipertrigliceridemia para los triglicéridos, o bien mixta para ambas sustancias.

Estas sustancias no pueden circular libremente en el torrente sanguíneo, disueltos en plasma, sino que están unidos a proteínas que son transportadas como complejos, llamadas también lipoproteínas. Y realmente lo que se mide en sangre es la concentración de lípidos que posee cada una de las lipoproteínas que los transporta. Y a la suma de ellas se le denomina colesterol total o triglicéridos totales.5

Aunque existe una gran variedad en la clasificación de esta enfermedad, se toman de conocimiento poblacional las dos grandes y amplias clasificaciones; el colesterol total, que se encuentra en riesgo cuando sobrepasa el rango de 200 mg/dl, y los triglicéridos tomando en cuenta la misma suma de 200mg/dl. Estas cifras según la edad y el sexo pueden variar, y pueden ser un poco flexibles. También será necesario bajarlas, ésto si existen otros factores de riesgo importantes o antecedentes de enfermedades cardiovasculares.

Este tipo de enfermedades están sumamente relacionadas con la placa de ateroma y la arteriosclerosis. Parece ser que dicha placa se asienta sobre unas estrías grasas, que previamente se han formado en las arterias, por la actuación del colesterol y los triglicéridos. Se cree que estas estrías se empiezan a formar a partir de los veinte años. Pero en aquellos pacientes que tienen el grado de grasas más elevado, la placa de ateroma se forma antes.

Una Vez formada esta capa, el colesterol circula, se deposita en todo el cuerpo, haciendo un aumento de tamaño, hasta llegar a producir un tapón en la arteria. Por esto, este padecimiento es un factor de riesgo muy importante para sufrir arteriosclerosis.


Arteriosclerosis

Conozca su enfermedad, ¿Cómo se Diagnóstica?

Debemos de ser responsables con nuestra salud, y para ello es necesario asistir al especialista, para que con su conocimiento nos dé el diagnóstico, y así comenzar a conocer más sobre ésta y otras enfermedades relacionadas con las grasas.

Cuando nos han diagnosticado alguna enfermedad, es muy importante para el paciente la parte de la información y la investigación de la enfermedad, ya que por medio de la información, se profundiza acerca de dicha enfermedad, y así el paciente mismo logra enriquecer su conocimiento y con esto puede lograr cambiar algunos hábitos, en beneficio para su salud.

Esta enfermedad se puede manifestar tanto en adultos jóvenes como en niños, el paciente puede estar asintomático, o bien sentir algunos de los siguientes síntomas; dolor abdominal, depósitos cutáneos papulares de grasa de color rosa amarillento, especialmente en zonas de apoyo. Los síntomas se incrementan cuando el paciente realiza un aumento en el consumo de grasas en la dieta.

La hiperlipemia al ser una enfermedad que en ocasiones no nos da síntomas, se debe detectar mediante análisis sanguíneo.

Las cifras de colesterol y triglicéridos, sufren ocasionalmente variaciones todo el día. Por esto no podemos decir que se padece o no. Sino que una vez detectada la evaluación es necesario revisar.

Para asegurar de que los resultados sean los más fiables posibles, se debe guardar siempre un ayuno de 12 horas antes de la extracción de sangre, porque de lo contrario las cifras de los triglicéridos pueden sufrir alguna variación en el resultado final.

Los individuos con parientes próximos que sufran hiperlipidemias deben ser controlados desde la infancia, por el alto riesgo que tiene de padecerse la enfermedad. Ya que se podría estar relacionado de forma genética, dependiendo el tipo hiperlipemia.



Referencias

1. Baudi,S. 1999. Química de los alimentos. IV edición .Editorial Longman s.a. Naucalpan. México. Capítulo IV.

2. Holum, John. 2000. Fundamentos de Química General, Orgánica y Bioquímica para las ciencias de la salud. I edición. Editorial Limusa, S.A. Balderas 95. México. Capitulo XX.

3. Peña, A. Arroyo, A. Gómez, A. Tapia, R. 2001.Bioquímica.II edición. Editorial Lumisa, .S.A. Naucalpan. México. Capítulo IV.

4. Symes, D. 1990. El colesterol, como reducir su riesgo. I edición. Editorial Sudamericana, S.A.Sinatel, México. pp. 25-51.

5. Vendrell, J. 2006. El Medico en casa. I Edición. Editorial Libsa S.A. Alcobendas, Madrid España. pp. 383-389.

Revistas Científicas

6. Boletín Informativo para Pacientes.

7. Tabla de Composición de alimentos de Costa Rica .Ácidos Grasos Rafael Monge, PhD. Inciensa. Hannia Campos Nuñez, PhD. Universidad de Harvard, Escuela de Salud pública. San José Costa Rica.

8. Nutrición Infantil.

9. www.fao.org ( Organización de Naciones Unidas para la agricultura).

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